Arte en acción

Reflexión de Akántaros sobre el arte de acción:

En los cincuenta del sigo XX el filósofo J. L. Austin acuña la noción de performativo, una categoría del lenguaje que implica “hacer” algo: promesas, contratos, matrimonios, bautismos de barcos.

Las performances adornan y remodelan el cuerpo, cuentan historias, permiten que la gente juegue con conductas repetidas (se presenten y re-presenten esas conductas).
Cada performance es única, distinta de las demás. Hay repetición, pero lo mismo no es lo mismo.
Y el cuerpo es metáfora y materia; sujeto y objeto; texto y lienzo; significado y significante.
Las performances, en las sociedades que reprimen los deseos, expanden significación.
Cuestionan continuamente:
el valor dinero;
el valor religión;
dolor – placer;
arte-vida;
sexualidad-género;
comportamiento público-privado;
invisibilidad-percepción-colonización de la mirada;
si hay diferencia entre hechos y apariencias…

Las performances son una dialéctica de flujos. Hay reflexividad. Cubren un gran espectro: desde lo teatral, la danza, el ritual hasta el entretenimiento (popular). Se trabaja con yuxtaposiciones, miradas de puntos de contacto, tensiones y lugares sueltos, creando un lazo social y su continuidad en la trama.  En sus composiciones cuentan los múltiples saberes en otro modo del contar/hacer.