Teatro

Reflexión de Akántaros sobre el teatro:

El teatro nace cuando el ser humano descubre que puede observarse a sí mismo y, a partir de este descubrimiento, empieza a inventar otras maneras de obrar.

A través de los siglos se ha definido el teatro de mil maneras distintas. De entre todas ellas  la más acertada, tal vez, sea la de Lope de Vega: “Un tablado, dos seres humanos y una pasión”. Dos seres, porque el teatro estudia las múltiples relaciones existentes entre los hombres y mujeres que viven en sociedad. El teatro es un diálogo de palabras y acciones, es conflicto, es contradicción, enfrentamiento. La acción dramática es el movimiento de esa confrontación de fuerzas.

Además, el teatro implica un espacio estético, que posee propiedades gnoseológicas, es decir, propiedades que estimulan el descubrimiento y el saber, – propiedades que inducen al aprendizaje, El teatro es una forma de conocimiento.
Este espacio posee la misma plasticidad que el sueño (las mesas se pueden transformar en aviones, las escobas en caballos, la silla puede ser el trono de un rey, una rama simboliza un bosque) si bien posee la rigidez del espacio físico.

Las artes escénicas liberan la memoria y la imaginación, las emociones y los sentimientos.
La invención del teatro es una revolución del tipo copernicana: en nuestras vidas cotidianas vemos la situación en la que estamos, pero en  escena tenemos la posibilidad de ver la situación y a nosotros mismos dentro de esa situación a la vez que los demás observan y se interrogan. Las propiedades del teatro admiten que el conocimiento se efectúe mediante los sentidos y no solo por medio de la razón.

 

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